Un Heroe Nos Cuenta Su Historia II

jueves, 16 de septiembre de 2010

Las batallas

Se arrojaron 5.100 soldados colombianos (4.314 de infantería y 786 de la marina) quienes batallaron en esta guerra.

“Me tocaron dos combates muy fuertes” expresa Hildebrando, Era el 10 de marzo de 1953, cuando su pelotón fue destinado a la operación Cerro 180, punto estratégico para lograr el avance de las tropas, tanto que en ese lugar hubo unas 24 batallas.
Pero ese solo fue el abrebocas para lo que se le venía, Cerca de 4.000  integrantes del Ejército Rojo lanzaron una gran ofensiva contra las tropas occidentales en lo que se denominó “El Triángulo de Hierro”. “Ese día atacaron 3 puestos que fueron el Port Chop, el Old Baldy y Caballo Blanco, querían hacer un avance para llegar reforzados a la mesa de conferencias”, dice Hildebrando.
Dos días después de que él viera como 12 de sus compañeros yacían en el Cerro 180, Hildebrando fue encomendado a otra misión casi suicida.  “El Old Baldy”.
Un fuego de artillería fue la bienvenida. 400 compatriotas luchaban contra más de un millar de chinos.
Hasta el 23 de marzo, las tropas del Batallón Colombia estuvieron sitiadas por las explosiones de la artillería. “Esos 11 días fueron muy fuertes, se dice que cayeron unas 1.500 bombas”, comenta.
En una de tantas funciones en el campo de batalla, Hildebrando conformó las patrullas de escucha, donde “encavados” armados con sus fusiles y un micrófono escuchaban cualquier movimiento sospechoso, que al mínimo indicio de presencia del enemigo, informaban las coordenadas y caía una abundante ráfaga de ametralladora. “Esos huecos tienen una numeración, entonces las ametralladoras están emplazadas hacia esos sitios. Si uno siente ruidos por un paso de tropas informa que de ese puesto de escucha está pasando tropa enemiga, entonces empiezan a disparar las ametralladoras”.
Sin embargo al terminar sus raciones C7 (siete tarros con sopa, carne, fríjoles y otros alimentos) las latas terminaban regadas por el campo de batalla. “Eso se llenaba de ratas por todas partes y muchas veces uno confundía el paso de tropas con esos animales y se disparaban las ráfagas”, recuerda Hildebrando con una sonrisa.
Ante el feroz ataque del Batallón Colombia, el Ejército Chino anunciaba mediante parlantes:
“Colombianos ustedes qué hacen acá, vinieron a matarnos, vinieron a ayudarle al imperialismo yanqui. Nosotros no somos sus enemigos, ustedes son de un país muy lejano, por qué están aquí asesinándonos”. Pero ellos no titubeaban ante el ataque psicológico. “nosotros disparábamos las ametralladoras hacia ese sitio y ahí mismo cambiaban el parlante para otro lugar. Nos mantenían desesperados con eso y era casi todos los días que nos ponían esos parlantes", evoca.

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