Un Heroe Nos Cuenta Su Historia III

jueves, 16 de septiembre de 2010

Máquina de matar

Los ataques eran muy fuertes. Aunque las balas zumbaban de un lado a otro, Hildebrando nunca supo si de su fusil salieron balas de muerte. “uno no sabe si fue el arma de uno que lo eliminó o si fue la del compañero; no puedo decir maté 50 o 100 chinos. Yo puedo decir maté una persona cuando estoy solo”.

Y así ocurrió. En medio de la noche la munición escaseaba. Los chinos dieron una bocanada de opio y tras un grito de guerra salieron a la ofensiva. Ya encima del frente aliado, a punta de bayoneta calada, los colombianos acabaron con el enemigo. “Eso es tenaz pero uno cuando empieza el combate siente un poco de miedo pero después se vuelve un ente ahí. “Una máquina de matar”.  Hildebrando deja escapar un suspiro.

Asi se sintio Hildebrando al terminar esta guerra, y el Batallon volvio a su pais de origen, con varias secuelas de esta vivencia.

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